sábado, 29 de diciembre de 2018

LA ÉPOCA ARIA

El Asia Central fue la patria de las razas arias, descendientes de los semitas originales. De éstos partieron todas ellas. Es innecesario describirlas aquí, pues las investigaciones históricas han revelado suficientemente sus principales rasgos. En la época presente (la quinta o Aria), el hombre conoció el uso del fuego y de otras fuerzas, cuyo divino origen se le ocultó intencionalmente, a fin de que pudiera emplearlo libremente para los más elevados propósitos de su propio desenvolvimiento. Por lo tanto tenemos en la actual época dos clases: La una que mira a la Tierra y al hombre como siendo de origen divino; la otra que ve todas las cosas desde un punto de vista puramente utilitario. Los más avanzados de nuestra humanidad obtuvieron al principio de la Época Aria las Iniciaciones superiores, para que pudieran ocupar el lugar de los Mensajeros de Dios, o sean los Señores de Venus. Tales Iniciados humanos fueron desde ese tiempo los únicos mediadores entre el hombre y Dios. Aunque no aparezcan públicamente ni muestren signos o maravillas, son, sin embargo, los Guías y Maestros. El hombre quedó en completa libertad de buscarlos o no, según deseara. Al final de nuestra Época actual el más elevado Iniciado aparecerá públicamente, cuando un número suficiente de humanidad ordinaria lo desee, y nos someteremos voluntariamente a ese Guía. Se formará así, entonces, el núcleo para la última raza que aparecerá al principio de la Sexta Época. Después de aquel momento, las razas y naciones cesarán de existir. La humanidad formará entonces una Fraternidad Espiritual como antes del fin de la Época Lemúrica. Los nombres de las razas que han aparecido sobre la Tierra, durante la Quinta Época hasta ahora, son los siguientes:

1.- La Aria, que fue hacia el sur de la India.
2.- La Babilonio-Asirio-Caldea.
3.- La Perso-Greco-Latina.
4.- La Céltica.
5.- La Teutónico-Anglo-Sajona (a la que pertenecemos)

De la mezcla de las diferentes nacionalidades que actualmente tiene lugar en los Estados Unidos, vendrá la “simiente” para la última raza, al comenzar la Sexta Época. Dos razas más se desarrollarán en nuestra Época actual, siendo una de ellas la Eslava. Cuando en el transcurso de centenares de años, el Sol (debido a la precesión de los equinoccios) haya entrado en el signo de Acuario, el pueblo ruso y las razas eslavas en general alcanzarán un grado de desarrollo espiritual que los llevará mucho más allá de su condición actual. La música será el factor principal para llevarlo a cabo, porque en alas de la música el alma, que es por ella afectada, puede volar hasta el mismo Trono de Dios, adonde no puede llegar el intelecto. El desarrollo obtenido de esa manera no es, sin embargo, permanente, por ser unilateral y no estar, por lo tanto, en armonía con la ley de la evolución, la que exige que, para que el desenvolvimiento sea permanente, debe ser equilibrado; o en otras palabras, que la espiritualidad debe evolucionar a través, o por lo menos igualmente, con el intelecto. Por esta razón la civilización eslava será de vida corta, pero será grande y feliz mientras dure, porque ha nacido del dolor y de sufrimiento sin cuento, y la ley de Consecuencia le llevará lo contrario a su debido tiempo. De los eslavos descenderá un pueblo que formará la última de las siete razas de la Época Aria; y del pueblo de los Estados Unidos descenderá la última de todas las razas de este esquema evolutivo, que comenzará su curso al principio de la Sexta Época.

Extraido del libro Concepto Rosacruz del Cosmos, de Max Heindel.

jueves, 6 de diciembre de 2018

Libro: Apolonio de Tiana – Vida y Obra de un Iniciado

En el centro de esta novela, encontramos la figura legendaria de Apolonio de Tiana, que vivió en el siglo I d. de Cristo como filósofo y predicador itinerante.
La descripción de la vida de este hombre, su avance hacia iniciaciones cada vez más profundas y actos cada vez más elevados, su ‘peregrinaje por el Zodiaco’ nos muestran a Apolonio como el revelador de la suprema humanidad.
El trasfondo histórico lo conforman los cultos mistéricos de Asia Menor, Egipto, la India, Grecia y Roma, descritos con gran viveza y fascinación.

Más información: Fundación Rosacruz