sábado, 14 de octubre de 2017

ESCUELAS ESOTÉRICAS, presente y futuro


Les dejamos el prologo de libro Iniciación al Esoterismo, que contiene el curso del Círculo de Estudios Iniciáticos. En esta introducción se trata el estado general de las Escuelas Esotéricas, un tema de gran interés para todos aquellos interesados en el esoterismo occidental. Esperamos que sea de su agrado.

Desde finales de los años ochenta del siglo veinte, las distin­tas escuelas de misterios e iniciáticas, grupos metafísicos, etc. empezaron a sufrir problemas internos de diferente tipo y que podríamos observar como procesos de crisis. Estos pro­blemas se manifestaron con mayor o menor fuerza, dependiendo del tamaño, estructura y antigüedad de la escuela. Algunas, muy pocas, supieron aprovechar el conflicto para cambiar a mejor, pero tristemente la mayoría echó tierra de por medio, negándolo o argu­mentando que era solo un problema menor. Al negar el calibre de las dificultades y la oportunidad que se les presentaba para crecer como grupos, estos problemas crecieron hasta hacer mucho más que mella en estas organizaciones. De hecho, algunas de ellas quedaron tocadas de tal forma que aún hoy padecen las consecuencias. Por supuesto, esta circunstancia es negada por los dirigentes de las mis­mas, argumentando que el estado negativo o precario en que se en­cuentran es fruto de las circunstancias comunes a la sociedad mun­dial, o incluso que es debido a que sus miembros no hacen el trabajo espiritual que debieran. Lo cual no recuerda sino los argumentos que muchas religiones suelen esgrimir cuando sus prédicas y pronósticos no se cumplen.

                Esta situación, que se hizo especialmente fuerte en el dece­nio final del siglo XX, era un preámbulo de la gran crisis social que sufrió el planeta al final de la primera década del nuevo siglo y milenio. Crisis que aún perdura y cuyas consecuencias están aún por ver. Esto no se debe a otro motivo más que a que las escuelas de misterios, como catalizadoras y dinamizadoras de los cambios que hacen evolu­cionar a la humanidad, tenían que prepararse para las necesidades que la sociedad iba a requerir en estos nuevos tiempos. Si no se alla­naban a estas necesidades, iban a perder su conexión con la escuela interna, pues ésta dirigiría su atención a aquellas que sí lo hicieran para ayudarlas, incluso crear nuevas escuelas si fuera necesario.

                Algunos ocultistas, conscientes en mayor o menor medida del calibre y causas por las que pasaban sus propias escuelas, in­tentaron hacer algo al respecto. Pero en la mayoría de los casos fue como clamar en el desierto, en otras peor, fueron recriminados y/o expulsados. Otros, más cautos, intentaron crear nuevas plataformas para paliar esta situación. En nacimiento de Internet así como el rápido intercambio de información y contacto que las primeras re­des sociales permitieron, facilitaron dichas iniciativas. Pero la mayoría de éstas no duraron mucho tiempo, algunas sí lo lograron, aunque habría que analizar su utilidad iniciática, pues en la ma­yoría no eran sino el amalgamiento de lo que sus fundadores co­nocían. En cualquier caso, hay que reconocer las buenas intenciones que los promotores de dichas iniciativas tuvieron.

                De entre las diferentes propuestas, hubo una que surgió sobre el año 2004, con la idea clara de servir de portal para que las personas interesadas pudieran acceder a escuelas iniciáticas legiti­mas o al me­nos útiles. La idea era generar un curso que hiciera un recorrido gene­ral por los aspectos más importantes de la Tradición Esotérica de Occidente.

                Se inscribieron miles de personas, en el ámbito del habla hispana que era en el que se impartía. Pero la mayoría de los que empe­zaban dichos estudios los abandonaban, lo cual no hizo sino socavar los esfuerzos de quienes administraban dicha iniciativa. Por ello, en su última etapa se empezó a cobrar unas cuotas mínimas de inscripción, lo cual ayudo a descartar a los curiosos y concentró los esfuerzos en los que sí querían aprender. Desde ese momento, casi la totalidad de los que se matriculaban terminaban el curso.

                La enseñanza que se impartía combinaba la teoría con la práctica, ésta última de forma paulatina. En un total de treinta y dos lecciones, que se dividían en tres niveles. El objetivo al redactarlas es que fueran claras, concisas, prácticas y que no cayeran en opinio­nes ni en extensos discursos. Como se indica en el curso, el objetivo era pro­porcionar una alfabetización espiritual. Cuando el estudiante terminaba podía pedir instrucción para elegir una escuela, se le da­ban op­ciones para que él o ella eligiera, y por supuesto se le alen­taba a que buscara en otras direcciones. Lo importante es encontrar una escuela que proporciones un sistema de autodesarrollo y no caer en un enseñadero de ocultismo, donde se dan unos cursos inter­minables, que sólo engordan la mente haciendo creer al ego que es lo que sabe.

                Durante toda su duración fueron muchos los estudiantes que indicaron la efectividad del trabajo, de cómo éste les estaba propor­cionando unos óptimos resultados en su vida diaria. Incluso algu­nos pocos llegaron a percibir, tener ligeros contactos con lo interno.

                Con el paso del tiempo, algunos de los promotores de este proyecto fueron apartándose del mismo, por causas lógicas como la edad, otras ocupaciones o, tristemente, el deceso. Por lo que en un momento dado, para que esta iniciativa no se perdiese y pudiera funcionar por sí misma, se procedió a darle continuidad en forma de publicación. Las ganancias serian destinarlas a labores sociales y a ayudar a algu­nas escuelas esotéricas. De esta forma se le pretende dar un final con sentido, cerrar el círculo.

                Sobre su autoría, ésta ha permanecido en secreto. Básica­mente por una razón, consideramos que es más importante el men­saje que los mensajeros. Así logramos que el estudiante no se distraiga de su objetico, el trabajo, despersonalizando la instrucción, ayudando a su autonomía en este sentido. Por otro lado, actuando así los responsables evitan darle la oportunidad a su ego de que éste crezca creyéndose que son alguna autoridad espiritual por encima de los demás. En otras palabras, evitar endiosarse. 

                Lo expuesto en este libro es la misma enseñanza que se impartió durante catorce años, tan solo ha sido corregida y maque­tada para las necesidades de una publicación. De resto todo sigue igual, tal como fue inspirada al redactarla. Cada capítulo, una lec­ción, dirigida a un estudiante que ahora se hace más activo para con la enseñanza, pues tendrá que vincularse más a ésta para ir gene­rando el debido cambio que le lleve a vibrar más sutilmente, y así tomar contacto con la fuente. Pues ya no hay un instructor que le supervise, apelando ahora a su conciencia para ello.

                Pero antes de terminar hay que destacar que a día de hoy to­davía la crisis de las Escuelas de Misterios continua, éstas se han adaptado a esta forma de actuar, lo cual disimula en parte su es­tado. Por ello la utilidad de esta iniciativa continúa activa, y ahora se entrega al mundo para ser usada a modo de preparación en la formación espiritual.

                Es de esperar que el lector que se acerque a estas páginas sepa aprovechar lo que a partir de aquí se muestra y que ello le lleve a contactar con una escuela de misterios. Pero además que, armándose de paciencia, sepa comprender y perdonar el precario funcionamiento de algunas de ellas, así como sus incongruencias. Lo importante es el trabajo sobre uno mismo.

                DSD


Estraido del libro: Iniciación al Esoterismo, para saber más hacer click aquí.