Malo y despreciable como es esto, no es, por lo menos, tan malo como los efectos posteriores que produce la práctica de sumir a los "sujetos" en sueño hipnótico. La enormidad de este crimen puede apreciarse únicamente cuando se puede ver el efecto sobre los cuerpos invisibles del sujeto.
Una característica de los cuerpos invisibles del hombre es que operan bajo el impulso de la Voluntad. Todo impulso que viene de Adentro tiene su origen en la voluntad del hombre mismo, mientras que los incentivos para la acción surgen de fuentes Externas, comúnmente llamadas "circunstancias" las que tienen su origen en la Voluntad ajena. La diferencia entre el hombre de carácter fuerte, bueno o malo, y el HOMBRE DEBIL, estriba en que el primero está impulsado POR SU PROPIA VOLUNTAD, actuando desde adentro, lo que le permite hacer sus cosas como él mismo determina sin tener en cuenta las circunstancias.
Por otro lado, el débil, que no tiene voluntad, es el juguete inerme de las circunstancias, dominado por la voluntad de los demás, náufrago en el mar tempestuoso de la vida.
Ninguna persona de voluntad fuerte puede ser dominada por un hipnotizador en tal extensión que llegue a dominarse y los que mantienen una actitud mental positiva no pueden ser dominados. De ahí que a la confiada víctima se le diga primeramente que se ponga en actitud perfectamente negativa y que quiera dormir. Los pases del hipnotizador se dirigen entonces hacia la cabeza, golpeando la cabeza del cuerpo vital y arrancándola de la física, de tal manera que cuelgue como un collar de gruesos rodillos en torno del cuello, como si fuera un cuello arrugado.
Si sabemos lo que significa "interceptar una línea" tendremos la clave de la relación entre el hipnotizador y su víctima por lo menos en cierto grado. Si un hombre tiene un teléfono privado directo desde su casa a su oficina y alguien hace una conexión entre las dos casas, podrá interceptar los mensajes, enterarse de los asuntos del hombre de negocios, expedir órdenes, etc. El hipnotizador hace algo semejante. Intercepta la línea de comunicación entre el Ego y el cuerpo denso de su víctima interponiendo parte de sí mismo en la línea, y en virtud de ello puede obligar al Ego a salir al mundo invisible y a obtener allí cualquier información que desee, en lo posible; o puede hacer que el cuerpo denso del sujeto haga locuras o ejecute actos criminales, de acuerdo con los deseos del hipnotizador.
Pero no es esto lo peor del hipnotismo. El mayor peligro y más grave para la víctima está en el hecho de que una vez que parte del cuerpo vital del hipnotizador ha sido introducido en el de aquélla, ya no puede arrojarlo completamente al despertar. Una pequeña parte del mismo permanece y forma un núcleo mediante el cual el hipnotizador puede obtener nuevamente ingreso y subyugar a su víctima más fácilmente la segunda vez, y en cada ocasión se agrega algo más a ese núcleo, y así la víctima va quedando gradualmente impotente y desamparada, dirigida por la voluntad de su dominador e independientemente de la distancia, hasta que la muerte del uno o del otro acaba con toda conexión. Este residuo del cuerpo vital del hipnotizador es también el almacén de las órdenes que deben ejecutarse en el futuro, implicando la realización de ciertos actos en determinado día y hora, Cuando llega el momento requerido, ese impulso obra en la misma forma que el resorte de un reloj despertador, y la víctima debe realizar la orden, aunque sea el asesinato, sin saber que está influenciada por otro. Al morir el hipnotizador, todas sus víctimas se libertan y ninguna sugestión subsiguiente podrá ya influenciarlas.
Se arguye algunas veces que el hipnotizador emplea su fuerza benéficamente para curar al bebedor y otros vicios, y se admite fácilmente que desde ese simple punto de vista material así debe ser. Pero desde el punto de vista de la "ciencias oculta" está lejos de ser así. Como todos los demás deseos, la sed de licores está en el cuerpo de deseos y es deber del Ego dominarlo por su propio poder de voluntad. Por eso está en la escuela de experiencia que se llama vida, y nadie puede hacer ese crecimiento moral por él, así como nadie puede digerir las comidas por otro. La naturaleza no tiene necesidad de que se le corrija; cada uno debe resolver sus propios problemas y dominar sus propios defectos mediante la propia voluntad. Por lo tanto, si el hipnotizador mejora el cuerpo del deseos de un borracho, el Ego en el borracho tendrá que aprender sus lecciones en una vida futura si muere antes que el hipnotista. Si el hipnotista muere primero, el hombre volverá inevitablemente a tomar de nuevo, pues entonces la parte del cuerpo vital del hipnotista que tuvo el deseo malo refrenado, gravitará de regreso a su curso normal y la acción se anula. El único camino para dominar un vicio permanentemente es su propia voluntad. El hombre que usa su poder mental indignamente es el peor de los humanos; así como el más dañoso criminal de su clase.
El más engañoso de todos los males es aquel hecho sobre el plano mental de acción, donde un hombre bajo la apariencia de perfecta respetabilidad, a menudo bajo el manto de la benevolencia, puede marchitar la vida de otros, plegar sus voluntades a sus propios fines, y no obstante aparecer como irreprochable y hasta ser visto como un amigo y benefactor por su víctima.
Su transgresión es a menudo castigada durante la misma vida en la cual se comete, pero frecuentemente en las vidas posteriores, encuentra su expiación, en idiotez congénita. El crimen de determinados hipnotistas es, en el hecho, una fase del "Pecado Contra el Espíritu Santo." El mal espiritual del hipnotismo bien puede decirse que es el mayor crimen sobre la tierra y el mayor peligro para la sociedad.
Toda esta enseñanza está muy bien. Sin embargo, no se aplica al hipnotismo.
ResponderEliminarLa afirmación inical del primer párrafo es completamente incorrecta.
La hipnosis jamás es el dominio del poder de voluntad sobre otra persona. La definición y explicación del hipnotismo es completamente incorrecta.
Es lamentable porque confunde a algunas personas perdiéndose la oportunidad de usar esta maravillosa ayuda para la calidad de vida. La hipnosis siempre es una autohipnosis, y es la propia persona la que acepta o no lo que se le va indicando. No confundir con lo que muestran las películas y los espectáculos.
Es lamentable también porque las enseñanzas rosacruces son muy valiosas. Y quien tenga conocimiento elemental sobre la hipnosis, tenderá a pensar que el resto de la enseñanza tampoco es correcta.
Totalmente de acuerdo. Muchas gracias por su aclaracion.
EliminarEl artículo se refiere a un tipo de hipnotismo profundo, donde la sugestión es total y la participación del individuo hipnotizado es nula. No se refiere a la hipnosis clínica, la sofrología o la hipnosis clínica.
ResponderEliminarSe refiera a lo que se refiera, lo siento pero el que ha escrito no tiene ni idea de lo que dice. No hay persona que pueda ser hipnotizada sin su consentimiento.
ResponderEliminarEsta pagina no es Rosacruz es negracruz. No es la primera vez que se escrive sin tener ni idea de lo que se dice.
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