lunes, 24 de mayo de 2010

Los Hermanos de la Rosa Cruz

Todo el que aspira y se siente atraído “en espíritu y en verdad”, por la Fraternidad Rosacruz y sus Enseñanzas, se sitúa en la esfera de atención y de influencia de los iluminados de la raza humana, que conocemos como Hermanos Mayores de la Rosa Cruz.

Es muy importante para nosotros el darnos cuenta del verdadero significado de este hecho y el tratar de obtener el máximo beneficio de tan maravilloso privilegio. Podemos atraer su ayuda si dedicamos el tiempo suficiente a meditar sobre ellos y sus actos humanitarios, enviándoles nuestro amor y gratitud y dedicándonos a cooperar en sus constantes esfuerzos en favor de la elevación de la Humanidad.


Los Hermanos de la Rosa Cruz son Adeptos y se encuentran entre los llamados “compasivos” que, a través de muchas vidas, han desarrollado sus facultades internas hasta un grado muy elevado, como consecuencia de su amor inegoísta y su servicio a la raza humana. Han pasado por todas las Escuelas de Misterios, Menores y Mayores, y han llegado a tal estado de evolución que se han liberado de los lazos de la Tierra. No obstante, han elegido, libremente, permanecer en ella, como colaboradores de la evolución, realizando el trabajo más acorde con su interés e inclinación particulares.


Estos hierofantes de las Enseñanzas de la Sabiduría Occidental han desarrollado una segunda médula espinal, elevando el rayo del amor inferior de Venus, transmutándolo en altruismo y consiguiendo con ello el dominio de la porción simpática de la primera médula espinal y del hemisferio cerebral izquierdo, ahora regido por la pasional jerarquía de Marte, los Espíritus Luciferes. Así que, cada Hermano es una unidad creadora completa, tanto en el plano físico como en el espiritual, capaz de emplear la fuerza bipolar - masculina y femenina - por medio de la doble médula espinal, iluminada y llena de energía potencial por los fuegos espirituales de Neptuno (voluntad) y Urano (amor e imaginación).


Esa energía creadora concibe en ambos hemisferios cerebrales, regidos por Marte y Mercurio, un vehículo apto para la expresión del Espíritu, arquetipo que es luego enviado y materializado en el mundo, mediante la palabra creadora. Con ese poder pueden, pues, perpetuar su existencia física y crearse, a voluntad, un nuevo cuerpo, antes de abandonar el anterior.


Todos los Hermanos Mayores poseen cuerpo físico y viven en un edificio (en Alemania), con todas las apariencias de personas de buena posición, pero carentes de toda ostentación. Desempeñan trabajos distinguidos en su comunidad, que no tienen otro propósito que el de justificar su presencia en ella. De ese modo evitan preguntas y suposiciones sobre lo que son y sobre lo que hacen. Fuera, y a través de su edificio se encuentra lo que podría denominarse el Templo, que es etérico y diferente de nuestros edificios ordinarios, pero puede compararse con la atmósfera vibratoria existente alrededor del Pro Ecclesia o Templo en Mount Ecclesia, en Oceanside, California (2222 Mission Avenue), que es etérica y mucho mayor que las propias estructuras físicas. Tales auras envuelven las iglesias y otros edificios en los que los individuos son muy espirituales y, lógicamente, difieren en color. El Templo rosacruz (de Alemania) es extraordinario y no puede compararse con ningún otro. Impregna de tal grado de espiritualidad el edificio en el que viven los Hermanos Mayores, que mucha gente no se encontraría a gusto en él.


Al ser capaces de controlar sus actos y emociones, los Hermanos evitan a sus cuerpos cualquier esfuerzo innecesario. Conocen exactamente las sustancias requeridas para mantenerlos, así como las proporciones en que son necesarias. De modo que se aseguran la mejor alimentación y el mínimo desgaste. Por ello, pueden conservarlos con aspecto vigoroso y juvenil durante cientos de años.


Los hermanos Legos que han estado contactando con el Templo entre veinte y cuarenta años en esta vida, aseguran que los Hermanos tienen el mismo aspecto ahora que hace treinta o cuarenta años. Juzgando en base al hombre medio de hoy, aparentan tener alrededor de los cuarenta.


Algunos de los hermanos legos han dicho que Cristián Rosacruz emplea un cuerpo que se ha conservado durante varios siglos. Esto puede o no ser cierto, porque a nuestro augusto líder nunca lo ven los hermanos Legos cuando se reúnen en el Templo etérico para el Servicio de Medianoche. Su presencia sólo la sienten y ésa es la señal para comenzar la labor.


Exponer los inicios de los Hermanos Mayores de la Orden Rosacruz sería tan difícil como encontrar pruebas de los comienzos de la primera manifestación de Dios. Su trabajo tiende a favorecer la evolución de la Humanidad y han laborado en el lejanísimo pasado, de un modo u otro, en tal sentido. Tenemos, sin embargo, pruebas históricas de la aparición, en el siglo trece, de avanzadas enseñanzas que iban a ser para muchos como una brillante estrella.


Durante los últimos cinco siglos, los Hermanos Mayores han trabajado para la Humanidad en secreto. Cada medianoche se celebra un Servicio en el Templo, en el que los Ellos, asistidos por los hermanos legos que pueden abandonar su trabajo en el mundo - ya que muchos residen en lugares en los que es de día cuando en el emplazamiento del Templo es medianoche - atraen hacia sí, desde cualquier lugar de Occidente, todos los pensamientos de sensualidad, de avaricia, de egoísmo y de materialismo, para transmutarlos en puro amor, benevolencia, altruismo y aspiraciones espirituales, devolviéndolos luego al mundo para elevar y fortalecer todo lo Bueno. Si no fuera por ese caudaloso manantial de vibraciones elevadas, el materialismo hubiese volatilizado, hace ya mucho tiempo, todo esfuerzo espiritual, pues nunca ha habido una época más negra, desde el punto de vista espiritual, que la de los tres últimos siglos de materialismo.


Siete de los doce Hermanos Mayores van al mundo cuando la situación así lo requiere, apareciendo como hombres entre los hombres o trabajando en sus vehículos espirituales con o sobre otros, según haga falta. Sin embargo, hemos de tener completamente claro que jamás influencian a la gente contra su propia voluntad o contra sus deseos, sino que sólo fortalecen el bien dondequiera que lo encuentren. Los otros cinco Hermanos no dejan nunca el Templo etérico y, aunque todos ellos poseen cuerpo físico, todo su trabajo lo realizan desde los mundos internos.


El decimotercer miembro de la Orden, Cristián Rosacruz, es su jefe y el eslabón que la une con un más elevado Consejo Central, compuesto por hierofantes de los Grandes Misterios, que no se relacionan nunca con la Humanidad ordinaria, sino sólo con graduados de los Misterios Menores. Cristián Rosacruz está oculto a los ojos del mundo por los doce Hermanos, del mismo modo que una esfera puede disimularse, cubierta por otras doce del mismo tamaño. Ni siquiera los alumnos de la Escuela lo ven pero, durante el Servicio de Medianoche en el Templo, todos sienten su presencia.


Cada medianoche, durante su servicio, los Hermanos Mayores abren sus pechos para atraer todos los dardos de odio, envidia, malicia y cualquier otro mal, emitidos durante las últimas veinticuatro horas. En primer lugar, para privar de su alimento a las fuerzas del Grial Negro. Y, en segundo término, para transmutar el mal en bien. Así que, del mismo modo que las plantas absorben el dióxido de carbono exhalado por la Humanidad y construyen con él sus cuerpos, los Hermanos Mayores del Santo Grial transmutan el mal dentro del Templo. Y, al igual que las plantas emiten el oxígeno renovado, tan necesario para la vida humana, los Hermanos Mayores devuelven a la Humanidad la esencia del mal, transmutada en remordimientos de conciencia, junto con el Bien, para que el mundo pueda crecer mejor cada día.


Durante el Servicio del Templo, los Hermanos Mayores, junto con los hermanos legos, funcionan en sus cuerpos alma. Resulta, pues, evidente que la presencia del Cabeza de la Orden es eminentemente espiritual. Sin embargo, él está siempre activo en los asuntos del mundo, trabajando con los gobiernos de las naciones de Occidente para guiarlas a lo largo del sendero de su evolución. Con esa finalidad, aparece en cuerpo físico, por lo menos, parte del tiempo.


Tras el primer año de la Primera Guerra Mundial (1.914 á 1918), los Hermanos Mayores, a fuerza de duro trabajo y organización consiguieron crear un ejército de Protectores ( o Auxiliares) Invisibles entre los que, habiendo traspasado el portal de la muerte y habiendo experimentado el dolor y el sufrimiento a ello inherentes, se sentían llenos de compasión por los que, constantemente llegaban, y estaban calificados para consolarlos y ayudarles hasta que alcanzasen el equilibro necesario en su nuevo estado.


Todos los Hermanos Mayores poseen la conciencia pictórica externa, característica del Período de Júpiter, y que emplean para iniciar a sus discípulos en la Orden Rosacruz. El Iniciador o Hierofante fija su atención en ciertos hechos cósmicos y el candidato, que se ha hecho acreedor a determinados poderes, actúa como un diapasón de idéntica nota a la de las ideas emitidas por el Iniciador en forma de imágenes. Por tanto, no sólo ve éstas sino que puede responder a su vibración y, aquellos poderes, latentes en su interior, se convierten en energía dinámica. Así, su conciencia se eleva hasta el siguiente peldaño en la escala de la iniciación.


La mayor parte de la Humanidad está siendo cuidada por la religión públicamente impartida en su país de residencia. Pero siempre hay avanzados, cuya precocidad exige nuevas enseñanzas. A ellos se dirige una doctrina más profunda, impartida por medio de la Escuela de Misterios de su país. Cuando hay sólo unos pocos preparados para esas enseñanzas preparatorias, se les imparten privadamente. Pero, cuando crecen en número, la enseñanza se da más públicamente. Lo último es lo que está ahora ocurriendo en el mundo occidental. No obstante, los Hermanos de la Rosa Cruz le dieron a Max Heindel la Filosofía, tal como fue publicada en el Concepto Rosacruz del Cosmos, y sancionaron la creación de la Fraternidad Rosacruz para difundirla. Su finalidad es la de poner a los aspirantes en contacto el Maestro cuando, mediante el servicio aquí en el Mundo Físico, han demostrado su sinceridad y han dado suficientes garantías de que emplearán sus poderes espirituales para el servicio, en el otro mundo, cuando hayan sido iniciados. El método científico de desarrollo anímico propiciado por los Hermanos Mayores está siempre dirigido a beneficiar a quien lo practica y, nunca, por ningún concepto, puede perjudicar a nadie.

jueves, 13 de mayo de 2010

El Arco en las Nubes

Tengo que explicar breviamente y a razonar los motivos que me inducen a tratar del asunto del "Arco en las Nubes": Hace poco he estado dictando el manuscrito de un libro que desde entonces ya ha sido editado. En el curso del dictado se pusieron de manifiesto ciertos puntos que requerían una investigación, siendo uno de ellos la fuerza vital que entra en el cuerpo por el bazo. La investigación demostró que esta fuerza se manifiesta en distintos colores y que obra distintamente en los diversos reinos de la vida; por este motivo era preciso proceder con cautela antes de publicar esta información. Un amigo, después de haber leído algo del manuscrito, hizo venir de su biblioteca en Seattle un libro publicado hace unos cuarenta aÑos y titulado Los principios de Luz y Color, por Babbitt. Yo me referí a este libro y lo encontré muy interesante, por estar escrito por un clarividente. Después de haber estudiado el libro durante una hora, yo reanudé mi investigación, con el resultado de ver mucho más claro en el asunto que antes. Es un asunto muy profundo porque la misma vida divina parece estar incorporada en estos colores.

Entre otros casos e investigando hacia atrás en la Memoria de la Naturaleza respecto a la luz y el color, llegué a un punto donde no había luz, como quedó demostrado en el Concepto Rosacruz del Cosmos. Después seguí por los distintos grados de informaciones planetarias y hasta el punto donde se vió el arco iris en las nubes. Toda esta investigación me produjo una impresión tan profunda que me llenó de devoción.


En la Biblia se dice que "Dios es Luz", y nada nos puede revelar la naturaleza de Dios en el mismo grado que aquel símbolo. Si un clarividente volviese la vista hacia atrás, hasta los tiempos primordiales, y mirase a este planeta cuando se hallaba en formación, vería en primer término algo así como una nube negra, sin forma, saliendo del caos. Después vería cómo esta nube de substancia virginal se convertía por el Fiat Creador en luz, su primera manifestación visible, una neblina luminosa de fuego. Entonces vendría un momento en que aquella neblina de fuego quedaría envuelta en una atmósfera de humedad, y después de esto llegaría lo que conocemos con el nombre de Período Lunar. Más tarde aún se presentaría el estado más obscuro y más denso llamado Período de la Tierra.


En la Epoca Lemuriana la primera incrustación de la Tierra empezó cuando el agua hirviente se evaporó. Sabemos que cuando hacemos hervir una y otra vez agua, en la caldera se forma una incrustación; del mismo modo el hervir de la humedad en la superficie del ígneo globo terráqueo produjo la corteza dura que hoy constituye la superficie de la Tierra.


La Biblia dice respecto de la última época que no llovía en la Tierra, sino que una niebla se levantaba de ella. Esta niebla que surgía de la Tierra húmeda la envolvía por completo. Entonces no podíamos ver la luz del Sol como ahora; el Sol tenía el aspecto de un arco de luz eléctrica de ahora en una noche oscura; tenía un aura a su alrededor. En aquella atmósfera nebulosa vivíamos en el primer período Atlántico. Más tarde vino una época en la cual la atmósfera iba refrescándose poco a poco y se condensó el agua, expulsando finalmente a los atlantes de su tierra por una inundación formidable, un diluvio, tal como lo recuerdan las distintas religiones.


Cuando aquella atmósfera nebulosa envolvía la Tierra, el arco iris era una cosa imposible. Este fenómeno ocurre generalmente cuando hay una atmósfera clara en algunos sitios y una nube en otros. Hubo un tiempo luego, cuando la humanidad vió el arco iris por primera vez. Cuando yo observé aquella escena en la Memoria de la Naturaleza, me pareció una verdadera maravilla. Hubo refugiados que fueron expulsados de la Atlántida, que está actualmente en parte bajo el océano Atlántico, pero también incluía partes de la actual Europa y América. Estos refugiados fueron empujados hacia el Este, hasta que llegaron finalmente a un sitio donde la Tierra era elevada, donde la atmósfera estaba bastante más clara y donde vieron el cielo limpio por encima de sus cabezas. De repente surgió una nube y de esta nube salió un relámpago. Ellos oyeron el retumbo del trueno, y habiendo escapado del peligro de la inundación y huído bajo la dirección de un guía al que reverenciaban como a Dios, le preguntaron ansiosos: "¿Qué pasará ahora con nosotros?" "¿Es que por fin vamos a ser destrozados?" Aquel guía les indicó con el dedo el arco iris en la nube diciendo: "No, mientras este arco se dibuje en las nubes, las estaciones seguirán una a otra sin interrupción"; y aquellos hombres miraron con gran admiración y consuelo aquel arco de esperanza.


Cuando consideramos al arco iris, como una de las manifestaciones de la Divinidad, podemos aprender magníficas lecciones de devoción, porque, a la vez que miramos los relámpagos con pavor y oímos los truenos con miedo, el arco iris en el cielo tiene que provocar siempre en el corazón humano una admiración por la belleza por su séptuple faja de color. No hay nada que se pueda comparar con aquel arco magnífico y yo deseo llamar la atención sobre algunos hechos físicos en relación con él.


En primer lugar el arco iris nunca aparece al mediodía, sino siempre después de que el Sol ha pasado hacia abajo y atravesando más de la mitad de la distancia entre el meridiano y el horizonte; y se presenta tanto más hermoso, grande y claro, cuanto más cerca está el Sol del horizonte. Nunca se muestra en un cielo limpio. Generalmente tiene por fondo una nube oscura y pavorosa, y lo vemos siempre cuando apartamos la vista del Sol. No podemos estar mirando hacia el Sol y ver el arco iris al mismo tiempo. Cuando le miramos desde abajo, el arco se nos aparece como la mitad de una esfera encima de la Tierra y de nosotros. Pero cuanto más subimos, tanto más parte de la esfera vemos, y en las montaÑas, alcanzando una suficiente altitud por encima del arco, le vemos como una séptuple esfera - séptuple como la Divinidad, de la cual es una manifestación.


Ahora, a la vista de estos hechos físicos vamos a considerar el lado místico del asunto. En la vida ordinaria, cuando estamos en el punto culminante de nuestra actividad física, cuando la prosperidad máxima está en nuestras manos, cuando todo nos es fácil y nos sonríe, entonces no necesitamos de la manifestación de la luz y vida divinas. No necesitamos de aquella alianza, por decirlo así, que Dios hizo con el hombre a su entrada en la Epoca Aria. No nos interesa la vida superior; nuestra nave se desliza suavemente en mares tranquilos y no queremos otra cosa; todo es tan bueno para nosotros aquí que aparentemente no hay razón alguna para que miremos más allá.


Pero de repente se presenta la tormenta, una época en la vida de todos en que las penas y dificultades nos asedian. La tempestad del desastre nos priva de todo bienestar físico, y estamos, quizás, solos en un mundo de tristezas. Entonces, cuando nos apartamos del Sol de la prosperidad física, cuando dirigimos la vista hacia la vida superior, siempre veremos sobre la negra nube del desastre el arco de la alianza entre Dios y el hombre, demostrando que estamos siempre capacitados para el contacto con la vida superior. Quizá entonces no sea el momento más propicio para establecerlo, porque todos necesitamos cierta evolución material, la cual se realiza del mejor modo cuando no estamos en contacto demasiado íntimo con la vida superior. Pero para evolucionar y progresar y buscar gradualmente un estado cada vez más elevado de espiritualidad, es preciso que en un momento dado se nos presenten dificultades y pruebas que nos pongan en contacto con la vida superior. Cuando podamos considerar las pruebas y las tribulaciones como un medio para aquella finalidad, entonces las penas se convertirán en las mayores bendiciones que podríamos recibir. Cuando no tenemos hambre, ¿por qué preocuparnos por el alimento? Pero cuando notamos las angustias de la inanición y estamos sentados delante de una comida, por rústica que sea, daremos gracias a Dios por deparárnosla.


Si dormimos bien todas las noches, no apreciamos todo el bien que esto significa, pero si noche tras noche no hemos podido conciliar el sueÑo, nos damos cuenta de su gran valor en cuanto se nos presenta otra vez el sueÑo normal. Cuando gozamos de buena salud y no sentimos dolor de ninguna clase en nuestros cuerpos, estamos propensos a olvidar hasta la existencia del dolor físico. Pero inmediatamente después de una enfermedad o de grandes sufrimientos, nos damos cuenta de todo el bien que significa la salud.


Así, pues, por el contraste entre los rayos del Sol y la oscuridad de la nube, vemos en esta última el arco que nos llama hacia una vida superior; y si dirigimos nuestra mirada hacia este símbolo, nos será mucho más provechoso que continuar andando por los caminos de la vida inferior.


Muchos de nosotros estamos inclinados a atormentarnos por nimiedades. Esto me recuerda una historia publicada recientemente en una de nuestras revistas, de un niÑo que había subido por una escalera. Él había estado mirando hacia arriba mientras estaba subiendo, y había llegado tan alto que una caída le hubiera sido mortal. Entonces se paró y miró abajo, e instantáneamente fue presa del vértigo. Cuando desde una altura miramos hacia abajo, se nos va la cabeza y tenemos miedo. Pero alguien desde arriba le llamó diciendo: "Mira hacia arriba, chiquillo; súbete hasta aquí y yo te ayudaré." El miró arriba, y en el acto el vértigo y el miedo desaparecieron; entonces subió más hasta que le cogieron por una ventana.


Debemos mirar siempre hacia arriba y olvidar las pequeÑas molestias de la vida, porque el arco de la Esperanza está siempre en la nube. A medida que tratamos de vivir la vida superior y de subir hasta las sublimes alturas de Dios, veremos como el arco de la paz se convierte en una esfera y que hay tanta paz aquí abajo como allí arriba. Es nuestro deber el llevar a cabo la obra que nos corresponde en este mundo, y no debemos nunca substraernos a esta obligación. Todavía tenemos otro deber que cumplir para con la vida superior, y en interés de esta última, nos reunimos la noche del domingo y acumulando nuestras aspiraciones progresaremos hacia las alturas espirituales.


Debemos recordar también que llevamos dentro de nosotros un poder espiritual latente, que es más grande que cualquier otro poder del mundo, y a medida que se desarrolla somos responsables del modo de usarlo. Con el fin de aumentar este poder debemos tratar de dedicar una parte de nuestro tiempo libre al cultivo de la vida superior, de modo que, cuando la nube del desastre desciende sobre nosotros, estemos capacitados con la ayuda de aquel poder, para encontrar el arco dentro de la nube. Así como el arco iris aparece al final de la tormenta, así, cuando hayamos obtenido el poder de ver el arco brillante de nuestra nube de desastre, el final del desastre ha llegado y el lado luminoso empieza a aparecer. Cuando mayor sea el desastre, tanto mayor era la lección que necesitábamos. Cuando estamos en el sendero del mal, más tarde o más temprano, recibimos un amistoso pero fuerte latigazo, para volver otra vez a las realidades de la vida y reconocer a la fuerza que el sendero de la verdad va hacia arriba y no hacia abajo, y que Dios gobierna al mundo.

Por Max Heindel

jueves, 6 de mayo de 2010

EL VALOR DE LOS RITUALES EN LAS FRATERNIDADES Y LOGIAS (I)

Por lo general, las Escuelas, Órdenes, Fraternidades y Logias suelen realizar dos tipos de trabajo, uno público en el cual se suelen hacer lecturas, conferencias, coloquios, etc.; y otro interno o privado donde haré más hincapié en esta conferencia.

En los trabajos internos debe haber un conocimiento oculto o esotérico de lo que se hace por parte de los miembros, es más, si no hay conocimiento y colaboración no puede dar buenos resultados.

Lo ideal es que estos miembros tuvieran ya cierto grado de pureza por haber superado gran parte de sus defectos y que tuvieran una actitud como quien se encuentra en un recinto sagrado.

Por otro lado, los miembros también deben ir preparados tanto mental como sentimentalmente para crear una unificación de pensamientos durante el ritual para que éste sea fuerte y puro y no pueda quedarse en el Mundo del Deseo, y para eso deben elegirse (si hubiera que hacerlo) temas elevados y no permitir que salga de ningún miembro ni el más mínimo mal sentimiento o deseo. Por ejemplo, en el Servicio del Templo de la Fraternidad Rosacruz, una persona del grado de Probacionista debe leer un artículo o conferencia, pues bien, ese texto, además de identificarse con las enseñanzas de la Fraternidad Rosacruz no deben contener nada personal ni que pueda hacer pensar mal o crear malos sentimiento a sus oyentes.


Esto hace que la reacción unificada de las mentes de los asistentes dé tal fuerza al pensamiento-forma grupal que podría alcanzar el Mundo del Espíritu de Vida.

Al igual que un aspirante a la iniciación puede atraer la atención de un Maestro o Hermano Mayor, también los Centros donde se desarrollen los conocimientos y el aspecto devocional y espiritual, suelen atraer la atención de estos hermanos más adelantados; de hecho, en algunas reuniones o servicios, parece como si se notara la presencia de alguien especial.

De cualquier forma, los rituales concebidos por los Hermanos Mayores y descritos por iniciados, por sí mismos tienen el poder de abrir un canal para que descienda la energía divina del plano inmediatamente superior. El valor de un ritual se centra en la conciencia y, por tanto, el mayor beneficio de un ritual se obtiene cuando hay un conocimiento sobre el mismo. Hay quien piensa que los rituales solo sirven para exaltar la conciencia, y es cierto, pero gracias a la exaltación se contacta con las fuerzas espirituales. Aunque podríamos decir que el oficiante es el mago dentro de la ceremonia o ritual, son los participantes los que crean la atmósfera necesaria para que se produzca la magia que hará que las fuerzas espirituales tomen partido en ella; por eso es un deber de los mismos poner lo mejor de su parte y hacer los trabajos mentales necesarios. Cuando un miembro está centrado en asuntos elevados y lo hace con intensidad y concentración, alcanza las regiones superiores, y esto actúa como canal para que haya una respuesta, por tanto, ¿Qué no se podrá conseguir si todos los miembros están unidos como una misma nota-clave? Eso mismo se puede hacer cuando en la ceremonia o ritual se tratan aspectos devocionales profundos donde se generen pensamientos y sentimientos que puedan beneficiar a la humanidad o a determinadas personas, entonces el pensamiento-forma grupal será más poderoso y podrá hacer mayor bien incluso a sus creadores. Un miembro de una Fraternidad o Logia no debe ser inactivo ni tomarse un ritual o un Servicio como algo monótono y aburrido porque estos trabajos pueden ser de gran ayuda a la humanidad y a los miembros mismos.

Es importante, por consiguiente, que haya asistencia y colaboración en las fraternidades y logias, ya que cumplen una labor que ayuda al desarrollo espiritual de la sociedad. Tampoco debería ocurrir lo que ocurre muchas veces en que las actividades, propuestas, iniciativas, etc. dependan de una persona porque, si ocurre eso, cuando esa persona falte puede desmoronarse toda la obra. La fraternidad debe ser valorada por la riqueza de vida espiritual que contenga y no por las personas o actividades que nada tengan que ver con el conocimiento que se debe impartir ni con los servicios o rituales. Las fraternidades, logias, escuelas y grupos tienen su propia identidad pero todas forman un cuerpo o energía unificadora que ayuda en la evolución de la humanidad, ese es el motivo por el cual los diferentes Maestros y Hermanos Mayores las crearon y las mantienen siempre que haya un trabajo espiritual. Una escuela es un vehículo formado por células (personas) cuya misión es servir como elementos de desarrollo en la sociedad, puesto que ellas son receptoras e intermediarias de influencias superiores y de una sabiduría oculta.

Es más, cada miembro debería considerarse ejemplo de sabiduría, amor, fraternidad y servicio altruista; eso enriquece la escuela y atrae a nuevos miembros.

Lo cierto es que los rituales fueron creados por las Jerarquías que guían y ayudan en el desarrollo y evolución de la humanidad, pero su verdadero significado es casi un misterio para la mayoría de las personas. Al igual que con los mitos antiguos y con los cuentos infantiles se intenta imprimir una serie de verdades y enseñanzas en la conciencia de las personas, también en los rituales se intenta hacer lo mismo por medio de sus aspectos esotérico y exotérico. El aspecto exotérico es la representación de algo (según quién y dónde se haga) por medo de una serie de objetos, sonidos, colores o substancias que tienen como meta crear una imagen global que se imprima en la conciencia como una Verdad; todos los elementos que componen este cuadro pictórico tiene una simbología especial. El segundo aspecto de estas ceremonias, el aspecto oculto y esotérico, se relaciona con la existencia de los mundos invisibles y con las Jerarquías que allí existen y que ayuda a la humanidad. Por consiguiente, estos rituales son medios, hilos de comunicación, entre el mundo físico y los mundos invisibles que, a su vez, intercambian y manifiestan una serie de energías.

El papel principal, como por ejemplo en la Eucaristía, (cuyo sacerdote tiene el poder por haber sido ordenado) es del oficiante, el cual, como en el resto de ceremonias, debería ser consciente de lo que hace. Él colabora para que lo visible alcance lo invisible y para que el trabajo de los asistentes tenga una respuesta, pero su papel principal es hacer esa unión de los mundos para poder hacer que una energía espiritual descienda al mundo físico para que actúe como en su propio mundo; es decir, invocar una serie de fuerzas espirituales para que afecten a lugar donde se hace el ritual y a las personas que allí se encuentran. Este es el motivo por el cual tiene gran importancia los objetos sonidos, colores y demás símbolos de una ceremonia, todo lo que se diga, piense y haga en una ceremonia o ritual tiene una representación, como efecto, en los mundos invisibles. Estas singulares representaciones, palabras, plegarias, símbolos, etc. son el lenguaje con las cuales nos comunicamos con las Jerarquías superiores y con las que hacemos la llamada para que acudan los Ángeles y sus elementales colaboradores para que se cumpla el objetivo del ritual.

Desde el mismo comienzo, estas ceremonias crean la atmósfera necesaria y predisponen los cuerpos de los asistentes para que puedan ser receptores de las energías que se van a invocar.

Pero si el asistente asiste ya predispuesto y es consciente de lo que va a ocurrir, se ayudará mucho él mismo porque facilitará la influencia de dichas fuerzas espirituales procedentes de los mundos superiores. En ciertos servicios, como ocurre con los de la Fraternidad Rosacruz donde hay unos himnos cantados, se consigue, o se debería conseguir, un equilibrio y armonía que preparen los cuerpos de los asistentes en ese sentido por medio de la multiplicidad de voces entonando una misma nota-clave que fue elegida y escrita con una muy determinada intención. Algo similar ocurre con las Palaras de Poder que se utilizan, bien solo por parte del oficiante o bien en las que también intervienen los miembros de la religión, escuela o logia. Por ejemplo: Iglesia Católica: Rogad hermanos, para que este sacrificio, mío y vuestro, sea agradable a Dios todopoderoso; a lo que se responde: El Señor reciba de tus manos este santo sacrificio en honra y gloria de Su Nombre para nuestro beneficio y el de toda su Santa Iglesia. En el caso de la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel: “Mis queridos hermanos y hermanas, que las Rosas florezcan en vuestras cruces”, a lo que se responde: “Y en la tuya”.

Estas palabras tienen la intención de que se produzca un acercamiento, una manifestación de hermandad y una voluntad de hacer algo juntos, pero esta unión y buena voluntad y deseo, también alcanzan los mundos invisibles y obtienen respuesta. Son las vibraciones del sonido, de la palabra acompañada del pensamiento y del sentimiento adecuado los que alcanzan esos mundos, y dependiendo de la intención, pureza y sentimientos que se pongan así serán los niveles que alcancen y las respuestas que se obtengan. Cuando una persona, consciente de lo que ocurre en esos lugares, acude a una ceremonia o servicio con sentimientos devocionales y fraternales debería sentir los efectos de lo invisible desde los primeros momentos en que suene la música o se digan las palabras claves que atraen la atención de los Ángeles. Todos los objetos y símbolos utilizados en un ritual son magnetizados (consagrados) durante el mismo, bien por el oficiante o bien por las entidades que intervienen intermediarias también para que las fuerzas espirituales más elevadas puedan ayudar en el desarrollo a los asistentes.

Por tanto, a mayor contacto con ellos, a mayor receptividad consciente de las energías influyentes, y cuanta más pureza y devoción, más beneficio espiritual se recibe de dichos seres. Cada signo y cada símbolo tienen su función y su ayuda para los miembros presentes, es igual que sea el signo de la cruz que los pensamientos y sentimientos que se emitan en relación con un emblema.

Por Francisco Nieto Vidal

lunes, 3 de mayo de 2010

El valor educativo de la Astrología

El valor educativo de la astrología se centra en el hecho de que ninguna otra ciencia revela al hombre tal como es el mismo. Ninguna otra ciencia es tan sublime, tan profunda, abarcando todos los aspectos. Ella establece, sin lugar a dudas, la relación entre el Gran Ser del Universo, DIOS, y el pequeño Dios, que es el hombre. "El hombre fue creado a imagen y semejanza de El. El Gran Modelo se repite en miniatura en las formas humanas. DIOS, el Macrocosmos, y el hombre el microcosmos, son relativa y fundamentalmente uno.

La ciencia material ha determinado en alguna extensión los efectos físicos de los rayos del Sol y la Luna. Han sido hechas ciertas especulaciones acerca de los efectos de los rayos emanantes de otros cuerpos estelares.


La ciencia oculta, investigando las sutiles fuerzas que afectan los sentimientos, la mentalidad, etc., ha clasificado sus efectos con no menos precisión de lo que ha hecho la ciencia académica con las reacciones de la Tierra, el mar, las plantas y animales, por efecto de los rayos solares y lunares.


Con este conocimiento podemos determinar el modelo o patrón o patrón astrológico de cada individuo y saber la relativa debilidad o potencia de las varias fuerzas que operan en cada vida. En el grado en que estemos con posesión de tal conocimiento, podremos comenzar a construir sistemática y científicamente el carácter. Elegimos momentos y estaciones cósmicamente favorables para el desarrollo de cualidades hasta ahora inexplotadas, tratando de corregir los defectos y eliminar las tendencias destructivas.


El valor educativo de la astrología se apoya en su capacidad para revelar las causas ocultas obrando en nuestras vidas. Ella entra en lo intangible, siendo siempre sin embargo, un potente factor en nuestras vidas. Trasciende la forma, descubre el Espíritu, demuestra la realidad y enseña cada uno de los caminos de la vida. Ayuda al adulto en la elección de su vocación, a los padres en la guía de sus hijos, a los maestros en el manejo de sus alumnos, a los jueces a ejecutar sentencia, a los médicos en el diagnóstico de las enfermedades, y de una manera similar, presta ayuda en cada una y en todas las actividades humanas.


La astrología y la astronomía fueron en un tiempo una misma ciencia. La esencia de las cosas no ha estado siempre tan largamente oculta a la gran masa de la humanidad como lo ha estado durante los dos siglos pasados por parte de la ciencia materialista. Hemos estado muy alejados de la verdad oculta de esta ciencia de las estrellas en que o su profundo conocimiento ha sido practicado por unos pocos iluminados, sin conocimiento de ello por la gran mayoría de la humanidad; o fragmentos de este conocimiento han caído en manos de charlatanes quienes los han explotado para ganancia material, aprovechándose de la ignorancia y superstición de la gente inculta.


Hoy la astronomía, hija de la astrología, luego de haber partido de la casa de su ''Padre", y vagar lejos en un país estéril, donde se nutría con los desperdicios de las formas y figuras solamente, ha tornado y vuelto su rostro a su verdadero hogar donde la fiesta de la abundancia Espiritual está aguardando su retorno. Hoy hombres de ciencia de primer rango están investigando los rayos cósmicos y su influencia sobre el hombre y el planeta. Rápidamente la conciencia de la gente se está preparando para un despertar en gran escala en el reconocimiento de que el efecto de los cuerpos estelares no sólo influye en las mareas y en el tiempo, sino que también los impulsos de nuestro Espíritu están sujetos a su influencia.


Influenciados por sus movimientos, pero no esclavos de ellos. El destino de cada Ego es regir sus estrellas; el conocimiento y la obediencia son los medios para ello: conocimiento de la naturaleza de las fuerzas estelares y obediencia a su perfecto patrón.(1)


La astrología es la más grande, sublime y antigua de todas las ciencias. Su origen se anticipa a la historia; su nacimiento retrocede aparentemente al tiempo cuando los dioses hablaban y caminaban con los hombres. Seria difícil asignar a la primitiva humanidad la gran invención de una simbología astrológica universalmente usada a través de las edades, en la cual los grandes videntes de muchos lugares y diferentes religiones han buscado la representación pictórica de la evolución del hombre y los planetas. De esta misma forma el ojo entendido discierne acerca del encumbramiento y de la caída de las civilizaciones y el progresivo desarrollo de las grandes filosofías y religiones del mundo. Esta simbología constituye la llave con la cual podemos abrir los tesoros ocultos en la Biblia y en las Sagradas Escrituras.


La astrología es a la vez ciencia, filosofía y religión. Es metafísica, oculta y práctica. Los fundamentos pueden ser aprendidos por cualquiera que sea capaz de sumar y restar, y estos elementos contienen en la vida propia suficiente exactitud como para demostrar la verdad de su demanda, más allá de toda posibilidad de escepticismo. Una aplicación de los fundamentos enseñados por ella, sea que dichos principios sean comprendidos en su totalidad o no, es suficiente para probar su validez por sus frutos en nuestra vida diaria.


Los errores de astrólogos prácticos no pueden ser tomados como una refutación de la veracidad de la astrología así como la debilidad de los que profesan la Fe Cristiana no puede ser argumento demostrativo de inutilidad de la religión. Los astrólogos reales son pocos como lo son los verdaderos santos.


Ellos representan el fruto de muchas vidas de noble esfuerzo y desinteresado servicio. La benevolencia es el fruto no de un credo, sino de vivir una vida de utilidad y servicio al desamparado. La sabiduría no viene de memorizar un conocimiento, sino del extracto de una larga experiencia.


Solamente quienes han purificado su naturaleza y sensibilizado sus vehículos mediante una vida pura por motivos altruistas pueden recibir y trasmitir las elevadas purezas espirituales que vienen a nosotros de los cuerpos celestes. Lilly, el más grande astrólogo inglés del siglo 17, comprendiendo esto, sabiamente aconsejaba a sus estudiantes que la pureza de la vida era indispensable para poder emitir un juicio correcto. Por el oído espiritual, podemos escuchar la música de las esferas y por el ojo espiritual podemos leer e interpretar sus múltiples revelaciones.


Nuestra carta natal es lo que es, no por un decreto arbitrario de suerte, sino que es el resultado de nuestra propia acción o inacción pasada. Ella marca las condiciones magnéticas prevalecientes en el momento de nuestro nacimiento y afirmamos que este momento será el más favorable para la adquisición de aquellas lecciones que más necesitamos durante la vida que comienza. Por la operación de esta "Ley de Acusación", doctrina de esperanza y responsabilidad, reconocemos que el presente es el fruto del pasado y la semilla del futuro. Carácter es destino.


La astrología como la religión, se divide en dos ramas, exotérica y esotérica. La exotérica abarca puramente las prácticas mundanas. Ella informa al marinero cuando es propicio zarpar, al agricultor le indica el momento más adecuado para plantar, al médico las causas subyacentes de la enfermedad para ser tratadas, al profesor la naturaleza básica de sus alumnos, a los padres las tendencias innatas y capacidades de sus hijos. Ella revela las estaciones favorables o no favorables, de acuerdo con la elección que sea hecha.


La rama esotérica de la astrología trasciende todos estos asuntos. Ella se relaciona con nuestra naturaleza interna, con el mismo principio de la vida, la fuente de nuestro origen. Ella trata no de fortuna o personalidad, pero si de las cualidades del alma y del desarrollo espiritual. Los incidentes pertenecientes al mundo de las formas son inconsecuentes a ella. Ella es enfocada en el elemento Divino, en el interior del cual se hace posible la unidad con todo a través del contacto con la forma, el tiempo y el espacio. Así es como la Astrología viene a ser una ciencia espiritual, una religión universal. Solamente una ciencia-religión, como tal, promete satisfacer adecuadamente la unidad entre el corazón y la mente, unidad hacia la cual aspira la humanidad.


Más que ningún otro factor en el mundo actual, la astrología promete conducir a una generación con fuertes tendencias materialistas hacia conceptos relacionados con las cosas del Espíritu. La ciencia física está impedida por sus propias limitaciones, la religión también tiene sus limitaciones porque sus ceremonias no se conforman al desarrollo evolutivo de la humanidad. La astrología vincula los elementos fundamentales de la ciencia y la religión. Está basada en datos astronómicos, clasifica las fuerzas invisibles, combina lo oculto con lo visible, el cuerpo y el alma, la forma y el Espíritu.


Cuando la rápida vivifación de la percepción espiritual de la raza llegue a ser un verdadero deseo en la espiral celestial, tendremos una era de poder e iluminación tal, que la historia hasta ahora no ha conocido. Ningún otro sujeto dentro del total conocimiento parece sostenerse por estos días y, las posibilidades abiertas a los astrólogos para ayudar al hombre a elevar la razón de su propia dignidad y la de sus conciudadanos en el Cosmos, ha sido la más grande Ley Universal. Es la comprensión de que estaremos eternamente seguros de la caricia interna de la Vida lnfinita y del ilimitado Ser.


One ship salís East and another sails West,
With the selfsame winds that blow.
It's the set of the sail and not the gale
that determines the way they go.

Un barco zarpa para el este y el otro para el oeste,
con el mismísimo viento navegan los dos.
Es la posición de la vela y no el viento,
lo que determina el camino que lleva el barco.